Arena.
He caminado
demasiadas millas y el desierto no termina. Mi cuerpo necesita sentir agua,
hidratarse para continuar en esta travesía que parece no terminar. Me arde el
rostro y no continuare porque siento sofocarme.
He gritado pidiendo
ayuda y no hay una respuesta que me de esperanza. Lo único que he escuchado son
los cascabeles de las serpientes que acechan mi terco cuerpo y mi presencia
desesperada, no debí de emprender el camino después de que mi motocicleta
quedara sin combustible en ese camino sinuoso, pero jamás imagine que me perdería
y que estaría solo rodeado de arena. Hace tiempo no me sentía tan impaciente y
a la vez conmovido por las circunstancias.
Me siento mareado y
tengo hambre. No hay donde pueda escaparme de este sol que me abraza y me
condena a desfallecer e intentar sobrevivir a lo que parece una trampa caótica
y fulminante. Un sueño rotundo invade mi ser y siento como mis piernas se
paralizan y mis labios no pueden reaccionar para dirigir unas palabras al cielo
que solo observa mi desenlace fatal.
Me convertiré en
polvo y me mezclare con la arena, no quedara rastro de lo que fui. Mi amor se perderá
entre las dunas buscando frescura para multiplicarse, mi bondad permaneceré en
cada kilómetro que recorrí, esa maldad que en ocasiones se apoderaba de mis
instintos morirá cuando aparezca una tormenta y moje aquellos campos donde
alguna vez tararee canciones que me transportaban a los recuerdos que me
acompañaran hasta que por azares del destino regrese a la vida y todo comience
desde cero.
Mi calma la sentirás
cuando mires aquella pared repleta de triunfos y episodios incontables. Todos vendrán
a buscarme con una voluntad inimaginable pero no encontraran ni un pedazo de lo
que fue mi cráneo pues desapareceré con tal de provocar una sensación inesperada
cada vez que cierren y abran los ojos, quizá se sientan confundidos pero serán
esos pensamientos inconclusos que buscaran algún lugar para convertirse en expresión.
Mis zapatos serán la
única prueba de que estuve aquí caminando sin rumbo y causaran indagación de
los curiosos y habrá solemnidad de aquellos que sabrán que no hay nada más que
hacer. Las tormentas de arena serán mi diversión como cuando me carcajeaba con la
música estruendosa, en aquellos momentos donde la juventud era visible en mi
andar, el viento hará que llegue al otro lado del mundo y ahí me perpetuare
hasta que los citadinos me respiren y me lleven a sentir el movimiento de sus órganos
y acariciar de alguna forma otra vez la vida inmiscuyéndome en células que no
me pertenecen. Me percatare de lo que acontece en tan solo un suspiro y ahí volveré
a emerger al mundo cayendo en otra aventura microscópica hasta que me degrade
por completo.
Todos olvidaran mi
nombre, de repente todos para mi serán unos desconocidos. Querré volver al
desierto donde sin querer fue mi última morada y tratare de recordar cuando sentí
mi mayor miedo, donde engendre una alegría incontenible, donde está mi verdad
absoluta y en que parte dije mi más
perversa mentira. Deseare tanto que todos mi fragmentos me hagan uno, pero no hay
muchas posibilidades que eso suceda pues estaré desperdigado y viajando de un
lado a otros sin detenerme, sin pensar en un instante en mí y en lo que fui, de
repente volverán a mi argumentos para sentir amor y convivir con el dolor de
aquellas despedidas que marcaron mi trayectoria por este mundo multicolor y
donde los seres de buenas voluntades no pueden mitigar la violencia
injustificable que crece y solo nos deja perplejos casi ciegos como si nos
entrara arena en los ojos provocándonos enrojecimiento y ardor hasta hacernos
llorar sin encontrar algún remedio instantáneo.
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