Tu ausencia.
Las caras largas y
las emociones encontradas se dan cita en una fecha que es inolvidable. Me causa
dolor el saber que no estas y me enfado, me descompongo a solas, y al final de
mis arrebatos determino que debo aprovechar el lado amable de mis sentimientos
y homenajearte con una energía singular y pletórica.
Opto por andar de
buenas y recordarte con firmeza, no encerrarme en un mundo de colapsos, dejando
rastro de mi mal humor e hiriente proceder. Traigo al presente todo lo que me
enseñaste y enmarcaste en mi corazón. Me entristece que no estés, pero también
soy congruente, no me tiro al drama y sufrimiento porque eso no me lo permitirías,
me dirías a tu manera que debo salir y encarar lo que me corresponde.
Las lágrimas se
notan en mis mejillas después de escuchar esas canciones que tanto te
agradaban, limpio mi rostro y después menciono al aire tus frases célebres,
converso contigo aunque no me contestes, vienes a mis sueños para decirme que
estas bien, desatas el aroma de las flores para convencerme que hay vida después
de la muerte. El amor que nos une es interminable y consiente al paso del
tiempo.
Tu ausencia es insustituible
y que eso se entienda de una vez por todas las razones existentes e
inexistentes. Cuando la vida florecía en ti, me mimabas, me procurabas, me abastecías
de ternura infinita, y en el momento que te marchaste me dejaste a la deriva
sin instrucciones pero con mucha filosofía de ímpetu y de carácter que a lo
largo de estos años me han hecho madurar y construir un lienzo de posibilidades
reales. Dependía de ti y ahora gracias a ti soy independiente, tu ausencia sigue
doliendo pero todos los días te tengo presente, no te puedo olvidar haga lo que
haga, aquí estas.
Sigo teniendo
equivocaciones pero aprendo la lección de todo lo hecho y lo dicho. No soy
perfecto y no lo seré. Mis palabras pueden detonar hecatombes pero también se
reconocer que debo callar, he comprendido
que todos deben vivir de la manera que mejor les convenga pues todos los días
despertamos y seguimos creciendo. Tu ausencia me desgarra en una forma
inevitable, me pone los pies en la tierra y no permite que me vuelva un ser despreciable.
Algún día nos
sentaremos a conversar y tendremos todo el tiempo del mundo y te contare puntualmente
todo lo que ha pasado durante tu ausencia y me abrazaras con ese silencio que decía
tanto y me hacía sentir indestructible. Gracias por todo el legado que dejaste
en mi ser y darme alas para hacerme responsable de mi tiempo y mi sentido de vida,
por aceptarme, por cuidarme en cada instante, por guiarme por el camino del
bien y alejarme de lo que me hacía mal. Soy
tan vulnerable, gano y pierdo batallas, percibo todo lo que pasa y simplemente
me quedo con eso que me nutre y me forja como un ser de bien, mi razón no es absoluta,
ni la de nadie, y jamás la impondré pero la expresare porque es necesario para no
expandir y quemarme en los infiernos que he inventado.
El único conflicto
veraz que nos sacude es tu ausencia y eso pone a cada quien en el escenario que
imagina, yo elijo estar en paz y sentirme libre por todo aquello que has dejado
en mí y que nadie puede arrebatarme. Nos encontramos unidos los que hemos sido
fuertes, a pesar de la diferencias de pensamiento y perspectiva, porque
seguimos siendo familia hasta el final y
tenemos la osadía de disfrutar de la vida, honrando todo lo que nos enseñaste
con enjundia y replicando eso que te hacia grandiosa y amada.
La vida que me queda
no alcanzara para agradecerte todo lo que significas en mi existencia.
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