Seres de mil máscaras y de dos caras.
Todo vibra dentro de
mí después de las extenuantes jornadas de pensamientos incógnitos. Esas vibraciones
maldosas que me perseguían se fueron diluyendo conforme aceleraba mi paso, las
bondadosas vibraciones generadas se impregnaron en la piel y estas no pueden
dejarse vencer por ningún motivo.
Hay personas que se
traicionan por el simple hecho de quedar bien con todos, por sentirse aceptado
en todos lados, cuando se debe identificar qué es lo que en verdad es creíble y
real, son individuos de memoria corta que quieren sonreír hasta en los
instantes más lúgubres y quizá lo logren
de forma hipócrita, porque son simples emisarios de la calamidad y la discordia
y pretenden desacreditar los minutos felices de los demás con sus quejas,
pesadumbres, amplios papeles de victima e inexistente compromiso para
enrollarse en la sinceridad que tanto hace falta en nuestros días.
Seres de mil máscaras
y de dos caras, eso son en una coyuntura que solo les sirve para estar
enterados pero no para involucrarse y ayudar al prójimo. Los buenos deseos
siempre serán bienvenidos cuando son de corazón porque cuando son por
compromiso volverán por donde han llegado. Ese rostro que comunica alegría es
articulado por un cuerpo incendiado por tantos mecanismos que no encuentran
respuesta en su comprensión, esas manos nerviosas parecen desestimar la
lealtad, no hay ni un gramo de confianza en esa estructura que quiere tener todo bajo su control teniendo aliados fingidos
y supuestos amigos.
El destino quizá es
lo menos importante, el camino es lo relevante en la marcha de toda energía. Mientras
las incógnitas me suspenden en una atmósfera turbia y veo como mienten por
convivir, mis monólogos comienzas a ensayarse en una de mis tantas locaciones
imaginarias, quiero sentir hasta donde es capaz el ser para alcanzar sus
objetivos, quiero saber que herramientas utiliza para afianzarse, necesito
encontrar el porqué de sus tantas mentiras empezando por su rostro falso e incómodo,
pero para eso tendré que despedazar ciento de máscaras que con tanta sutileza
aquel siniestro personaje ha creado.
Es así como observo
cada movimiento en aquel diván con texturas
suaves, mientras el diálogo entre el mentiroso y el escucha son elocuentes y
fluidos, después de un par de horas descubro que todo está atorado en una distopía
que solo fragmenta al sujeto en cuestión de segundos, dejándolo disperso en una
especie de circulo donde comienza a dar vueltas. Regreso a la realidad y el
fastidio es intenso, se desborda por el aura, todo es patético, todo está fuera
de orden, no hay oxigeno que alcance, ya que el emisario está tomando nota de
todo lo que se crea en mi mente y eso me perturba. Esas notas, esa información tomara
una connotación severa dependiendo quien la lea y debemos estar preparados
porque cada quien tiene sus perspectivas, sus creencias y sus equivocaciones
rotundas al momento de procesar y actuar.
El emisario resulta
ser tan falso como todo lo mencionado en aquella conversación amena. No hay
soluciones y el viento se lleva todo lo que es frágil, insensato, descolocado. No
hay sobriedad en las ideas, todo está revuelto, las interrogantes raspan y
hieren porque los seres se siguen traicionando con tal de permanecer y recibir
un reconocimiento. La paciencia es escasa y la certidumbre se va doblando ante
el calor de lo trágico que es una comedia irremediable. No busques consuelo de
los que alguna vez han dañado tu estado de armonía, no quieras olvidar los
acontecimientos, no pretendas que las cosas sean como antes cuando la historia está
escrita.
Mi cuerpo sigue
vibrando mientras me voy alejando de lo que es parte de una escabrosa mentira,
tonta posibilidad y discurso inexacto.
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