Recovecos.


Los caminos recorridos son un reflejo de lo que nos hemos convertido. La pesadumbre ha sido una lección enorme y los innumerables triunfos han sido un aliciente para seguir adelante. La Fe que cada quien profesa es símbolo de esperanza y una pauta para hacer de mejor manera las cosas.

Hay quien se enerva con los días lluviosos y saca su amargura para empañar el sendero iluminado de otros, pero hay que calmarnos, hacer conciencia que todo es necesario para que haya una evolución constante, hay que establecer una conexión con la naturaleza, hay que comenzar a comprender que hay situaciones donde nuestro control es nulo, hay que reconocer que nuestras acciones tienen reacciones puntuales.

No te molestes porque inventan cuentos alrededor de tu vida, eso no es bronca tuya. No despilfarres el tiempo con tal de aclarar, cuando la necedad es sistemática y no tiene un fin específico, es inútil el debate. Cuando opinen sobre ti y estén en lo cierto, es mejor callar y reflexionar, después habrá un momento para responder de forma sabia y prudente. No nos fragmentemos por simples episodios de malinterpretación e incómodos criterios que pueden ser ambiguos o firmes, cada cabeza es un universo.

No te irrites por circunstancias minúsculas. Si estás acostumbrado al papel de víctima, ve a tu closet y ponte otro vestuario, uno que te quede a la medida, quítate lo que esta desgastado e introdúcete al mundo con nuevos aires, solo toma en cuenta esas palabras sinceras, de las personas que siempre han estado contigo en todo momento. Detecta quien solo se infiltra para divertirse en tu atmósfera y después se va sin tener la consideración de compartir su abundancia, no te jodas la existencia con el pasado y desecha todo lo que puede lastimar tus pasos firmes.

Absorbe lo bueno de las personas. Escucha tu corazón por algunos minutos, quizá encuentres señales para cambiar tus prioridades, refresca tus pensamientos con el fin de decidir de forma precisa y concreta. Proyecta seguridad y alegría, no temas a lo desconocido, no te quedes arrumbado en una habitación, abre el abanico de posibilidades, no es tarde para realizar sueños. Protege lo que más amas en el alma, no te descompenses pensando situaciones absurdas, deja fluir todo y emprende estrategias para valorar y prolongar lo que tienes y te hace feliz.

Vivimos en un espacio donde todos ven por sus intereses, solo buscan cuando necesitan, huyen cuando la palabra compromiso se realza, se diluyen cuando no quieren dar. Estamos en un cubo donde no hay reciprocidad y donde no hay empatía. Los tentáculos de la agresividad comienzan a acaparar todo lo que está a su paso y los que en su mundo tiene un bunker escapan a él, para resguardarse  y esperar a que pase la tempestad. Muchos se encuentran en un sueño profundo esperando la fortuna se haga presente de forma inesperada, pero eso no ocurrirá porque los que están despiertos han hecho su tarea y abarcan ese caudal y lo multiplican con sus incesantes formulas.

Todos hemos sufrido, pero no podemos llevar esa bandera todo el tiempo, no podemos justificar nuestra forma de ser, con todos esos capítulos obscuros que están en nuestra historia. No pienses en venganza, ni en destrucción, solo busca el punto de equilibrio y atrae  cuestiones con vibraciones positivas y estas se replicaran en el entorno. Se parte del cambio constante y no te aferres a que todo está bien cuando siempre hay recovecos que limpiar en el alma, en la mente, en la cotidianidad.

Ocúpate del presente y siempre ten un antídoto para el posible veneno que está más adelante.

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