Aquí no hay lámparas maravillosas.
Hay un hervidero de
renuentes que están imponiendo las condiciones para concretar un terrible
escenario. En pocas palabras hay quien tiene la cruda idea de no cambiar, de
seguir con una actitud de sopórtenme como soy, me equivoco y no pasa nada, soy
feliz detonando discordia, cumplo con mis antojos y hago realidad mis sueños a
pesar de lo que pueda ocurrir. Es un caldo de cultivo de miseria que irrita y
nos avienta al diván de la reflexión.
Mientras en algún lugar
alguien llora por una perdida y es indescriptible lo que siento, porque jamás te
imaginas que alguien de apariencia fuerte realmente es frágil, que su
sensibilidad es empujada y sometida a vivir un duro momento. Esas lagrimas son
valiosas por el sentimiento y la emoción que las envuelve, a la distancia abrazas
y das fortaleza para que este episodio sea pasajero, pero la ausencia será permanente
y hay que aprender a vivir con ella. Un amigo llora y necesita un instante para
reacomodar el camino, establecer conciencia con el aquí y ahora, requiere de unos
meses para comprender lo que sucedió, no debes obligarlo a que reaccione, solo
deja que todo trascienda con paciencia.
Que difícil es ver a
alguien tan elocuente en una devastación, pero todos pasamos por esos capítulos
de dolor, angustia y confusión, son parte de la vida. Muchos en esos momentos
complicados descubren sus capacidades, herramientas y alternativas para salir
del trance. No es fácil, se debe trabajar todos los días con uno mismo, no es
simplemente despertar, levantarse y realizar la rutina, lo importante es tener
pensamientos profundos, ser autocríticos, ser observadores, no hablar por
hablar y sacar falsas conclusiones, si eres de aquellos que solo se levantan
para hacer sin saber para que, es tiempo de que hagas un ejercicio para enterarte
en que punto estas y que quieres hacer. También te invito a romper moldes y recuerda
no tienes la verdad y tampoco la razón absoluta.
El bullicio es
ensordecedor. Tus pensamientos están conversando con tus emociones, se
desgarran, se recomponen, se miran con ciertas dudas, se abrazan, se bofetean,
se incorporan para huir, se quedan paralizados, es un oda al desorden y cuando
alguien te dice lo que piensa es cuando todo se reacomoda, cuando esos muros
que con dedicación hiciste de repente se caen, cuando de forma inexplicable te
das chance de establecer conexión con el argumento del otro, eso es enriquecedor
si estas dispuesto a persistir en el debate respetuoso y generoso.
Que difícil es decir
adiós, cuando en el fondo es un hasta pronto. Mas difícil es que algún personaje
solo se quede con lo que cree o supone, eso hace que las vísceras se retuerzan,
la mente se tuerza, el corazón se comprima y haya una actitud negativa, no
puedes quedarte con lo que tu cabeza de forma maligna construye, deberíamos mover
mas la lengua para indagar, antes de preferir quedarnos en el vacío de lo
absurdo. Espero que lo que algún día te he escrito, lo tomes en cuenta, hay
algo de valor ahí, comprende no tienes todas las respuestas, deja de hacer tus clásicos
berrinches, aquí no hay lámparas maravillosas. Todavía tienes muchos días por
vivir, muchas buenas acciones por hacer, entonces que esperas para dejar
marchar esos impulsos inservibles y desechables.
Quieres tener todo
bajo tu control eso es imposible, si lo intentas quizá no te quede inspiración para
sonreír en el siguiente episodio. El ruido es un símbolo de mensajes que van de
un lado a otro, decide cual quieres captar, atrapa el que te haga sentir mejor,
encuentra la sintonía y quítate esas ideas huecas, no dejes que te aplaste la
muchedumbre de tu imaginación.
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