Señoras y señores me han robado.


Era un miércoles con un sol espléndido y un aire fresco que nos indicaba que sería un día sin complicaciones. Hasta las cinco de la tarde todo era como un cuento de hadas después aquello se nublo y comenzó el huracán en mi mente, no tenía ni idea de lo que estaba pasando.

Luis me había marcado con una voz de reclamo imprudente y él me fue narrando conforme iba avanzando hasta que lo inevitable llego a su boca y me dijo que nuestro espacio había sido violado por los amantes de lo ajeno. Él pensaba que yo había dejado el desorden pero en esta ocasión se equivocó y mi ser se desplomo como si hubiera ingerido toneladas de dinamita.

Oscar nuestro roomie también fue víctima de aquel robo que todo indica fue muy bien planeado, las cerraduras estaban sin maltrato y para ese entonces nuestra calma estaba sometida por el miedo y el lamento.

Ahora soy parte de la estadística y mis estragos van en aumento como ese tormentoso reporte, no he tenido tiempo de llorar, solo he querido dejar atrás este amargo capitulo, redoblando el esfuerzo y no llenarme de rencor.

Solo espero que esto no se extienda y perjudique a más personas, es lamentable lo que sucede a plena luz del día, lo peor es que nadie ve nada en el momento preciso, todos nos convertimos en cómplices de los delincuentes, no han hecho ser indiferentes ante el dolor y casarnos con la idea de  mientras a mí no me pase y eso es una situación triste que nos condena al grosero circulo vicioso que cada día va creciendo en todos los niveles. Hoy sé que lo material tarde o temprano volverá y no dudo que será de forma brillante pero mientras mi cabeza da miles de vueltas y no cesa buscando respuestas.

Se agradece a las personas que han llamado para darnos palabras de aliento y su apoyo incondicional, me doy cuenta que siempre hay gente que  piensa en ocuparse en nosotros y que estará hombro a hombro en cada hecho sea bueno o malo. No tengo como pagarlo pero si lo valoro ya que eso me da ánimos y me devuelve serenidad. Ahora hay que ir paso a paso y darnos la oportunidad de ir trabajando e ir matando la tonta paranoia que nos acecha en estos minutos.

Hoy es de eso martes que en realidad esperaba escribir de otro tema pero mi deber es compartir lo que me ocurrió para que ustedes inviertan en su seguridad y fortalezcan la comunicación, la unión con las personas que comparten un espacio. Tampoco se dejen vencer por la maldad y la incertidumbre, no permitan que el temor los haga encerrarse en casa y que el escalofrió invada su piel para ponerla de gallina. Hoy mi reflexión es muy seria y mírame estoy vivo caminado con la ganas de seguir conquistando y obteniendo lo que me corresponde, imponiendo la madurez y refugiándome en mis creencias para sentirme tranquilo dejando destellos de esperanza en mi entorno, disolviendo aquellas facciones de tragedia y convirtiéndolas en un impulso para no desesperarme para trazar un nuevo camino.

Vendrán tiempos mejores y nadie me robara mi convicción de ser feliz y de hacer una ruta placentera, nadie me robara lo que llevo en el corazón, no dejare que  hurten mis opiniones, no dejare que ultrajen mi valor como persona, no dejare que nadie tome lo que no se merece. Esto es una experiencia dolorosa pero con un significado para hacer un recuento de nuestra fortaleza y saber que somos capaces de salir adelante,

Señoras y señores me han robado pero lo más valioso está en un lugar privilegiado y abstracto.

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