Para que me la recuerdes.


Aquel  ser que nos ilumina en los caminos sinuosos de lo que conocemos como vida y que por ninguna circunstancia abandona se le conoce como madre.

Mira esta ciudad llena de farolas fundidas y de obscuros atajos, observa cuantas personas caminan con indiferencia, cuantos lloran en silencio, cuantos corren porque tienen temor a la lluvia, cuántos son hijos  que carecen de sentido y no saben qué hacer con tanta libertad. Me tropiezo entre los recuerdos de la infancia y a mi mente viene esa imagen de como una jovencita fastidiada del llanto de su hijo lo arroja a la tina de agua fría queriendo romper todas sus frustraciones y el llanto no se detiene y la contagia pidiendo perdón después del cruel hecho.

¿Dónde quedo la mujer que me pario?, quizá este comiendo rebanadas de amor mientras la guerra  es constante en la esencia de sus hijos, me imagino que está reuniendo un ejército de excusas para disuadir el interrogatorio interminable que la madrugada todos los días le lleva de forma puntual. ¿En qué parte está la mujer que me vio medio crecer?, pienso que está en un absurdo razonar, bañándose en un rio de ego acaramelado y con un aroma a chocolate amargo. ¿Por qué no está aquí?, tengo la sospecha de que esta extraviada en esta jungla de pasado agridulce y de flores de papel  donde están escritas las peticiones del tiempo perdido.

Hoy es día de la madre y aquí está el hijo sin flores, sin chocolates, sin cartas, sin esperanzas de ver a la mujer que sonreía con sarcasmo, que se maquillaba como muñequita, la que hacia esas galletas, la que tejía, la que no paraba de gritar porque era la única forma que se hacía entender. Ojala el tiempo pudiera volver para atrapar momentos que podrían ser claves en este presente sorprendido por la pesadumbre de las calles desiertas, del murmullo que solo distrae a la muchedumbre e irrita el sueño profundo de otros.

Cuantos hijos corren por la plazuela condenatoria obligados a quedarse callados porque si juzgas es pecado y es cuando se aplica la libertad por lo menos la de expresión para crear testigos en este minuto que es ensordecedor con los mariachis que cantan, las porras que a las familias alborotan y los festivales que son para enaltecer el más bello acto de amor. Parir no es solo pujar por un rato, es esforzarse por muchos años, es cuidar la conciencia de aquel ser para que no queme oportunidades irrepetibles, es conversar sin buscar culpables pero hay mujeres que se cansan de pujar y aparecen los ángeles que toman ese papel relevante.

Me encuentro plagado de nostalgia y quisiera que mi nobleza me hiciera dar unos pasos para recordar cuando di los primeros con esos zapatos blancos de charol y sentarme en aquella sillita donde observaba como con letra de molde apuntaba sus pendientes, como me gustaría caminar por las calles del centro histórico y quisiera tantas cosas como estar en Guanajuato y exactamente en el cerro del cubilete, como quisiera que mi ángel estuviera presente y me dijera como me lo dice en sueños estoy bien.

Hoy donare todos los cachivaches que tengo en mis pensamientos, los regalare al viento para que se los lleve lejos, hoy aquel equipaje que nunca fue ocupado lo dejare discretamente para quien lo quiera lo utilice de la mejor manera y seré un hijo de mi madre gritare que me he quedado sin ella para que me la recuerdes y pueda festejar con gracia mi existencia.

 

 

 

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