El bosque de las confabulaciones.
Es un bosque lleno de
peligros, animales salvajes, noches perturbadoras, aullidos desconcertantes y
exploradores en espera de la tempestad.
Camino en un terreno sinuoso
y repleto de situaciones inesperadas. Les cuento que he pateado un enjambre y mis piernas no fueron
suficientes para escapar de las picaduras, cada piquete me provocaba un dolor
profundo y una angustia interminable, fueron unos minutos que se convirtieron en eternidad.
Como explorador debes reclutar
personas con experiencia en el campo de la aventura y no pretender darle a la
oportunidad a jóvenes incipientes que no
saben distinguir un pino de un abeto, que no saben tomar decisiones en caso de
calamidades, que no saben ocupar una brújula. Así pasa en la política cuando un
individuo pasa por todos los escaños posibles, por todas las comisiones, por toda pesadumbre para aspirar a
lo grande y siempre habrá una jugada que cambia el trayecto, porque ciertas
ideas no son compartidas y los interés de otros importan más que una
trayectoria de esfuerzo, aprendizaje y prudencia. En estas cosas del poder
siempre existirán personajes que acecharan para obtener de formas insospechadas
lo que siempre han deseado, la locura invadirá el ego, la insistencia será la
protagonista y las confabulaciones seguirán reinando en los espirales de
injusticia y arreglos en lo obscurito.
Las tentaciones son grandes
en este mundo diverso e inmenso. Es un bosque donde el insecto que parece más
inofensivo nos puede matar en segundos, donde la mordida más insignificante puede
ser la que se infecta de tal forma que no hay más remedio que amputar, lo que
parece ser el camino más seguro en ocasiones resulta ser el más vertiginoso, la
solución más ingenua puede ser la que nos salve de la ponzoña y alimaña que
ronda nuestro perímetro. Hay travesías que estarán llenas de grandes anécdotas,
de inevitables tragedias, de días dichosos, de climas inexplicables, de acciones
inesperadas, de actos imprudentes y artimañas alevosas.
No puedes dejar de ser leal
a la lógica y al merecimiento, no puedes truncar senderos solo porque eso te traerá
prosperidad, se debe de actuar con equidad y dar reconocimiento constante a las
hazañas de los demás, no puedes pasar desapercibido en este presente, no puedes
apuñalar con crueldad aquello que te llevo hasta donde estas. Los seres humanos
perdemos el piso y olvidamos del punto del que partimos y en ocasiones ya no
nos importa el sentir de los que nos rodean, solo importa ese estruendoso yo
que hemos escrito con letras de oro y no tomamos en cuenta que un día se puede
caer sin aviso.
Cuando cae la noche en el
bosque escuchas susurros tenebrosos y cantos irrepetibles, debes de estar
alerta con cada uno de tus sentidos, buscas formas para dormir sin temor a
morir, haces plegarias para que la obscuridad tome forma y te conteste de forma
amigable, Buscas las explicaciones en el cielo estrellado y en el sonido del
riachuelo que no cesa como tus pensamientos. Somos simples exploradores de
mapas indescriptibles, somos un ciento de posibilidades en miles de palabras,
somos ese polvo que tiene consistencia de carne y huesos y que algún día volverá
a su origen.
No arrebatemos la gloria, no
empujemos al vacío los sueños de aquellos que han sido incansables para subir
la montaña, no pongamos el pie al que sabe, tengamos escrito en nuestra bitácora
que no somos indispensables, tomemos las decisiones correctas, no acribillemos
a las oportunidades y no queramos competir sin entrenar.
Sigue explorando hazlo
sigilosamente y si haces las cosas bien tendrás la recompensa mientras otros se
perderán en lo negro de las fauces del animal que tiene mucha hambre y que no
le importa encontrar su sentido.
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