No tengo tiempo para pensar en ti...
Lo que lees no es necesariamente
pensando en ti o en otros. No vivas suponiendo que eso te puede confundir más o
te puede extraviar y así te perderás de
bellos momentos.
Que oscura esta la calle por
donde tengo que pasar, esos maullidos me
aterran, esos sonidos extraños me sacuden el cuerpo y aquellas siluetas me
matan de curiosidad, con pasos sigilosos me voy acercando a lo que en principio
me paralizaba y descubro unos maniquís rotos y una carcajada hace que mi cuerpo
descanse mientras a lo lejos escucho música
de trova. El miedo ha desaparecido y es porque creía que esos cuerpos de cartón
eran maleantes esperándome para hacerme mi mañana trágica pero no, solo supuse
y no pensé en las tantas posibilidades.
Ya te diste cuenta que la
mente puede inventar infinidad de historias y tu ubicas a los personajes de la
manera que te convenga, eso es parte de los que escribimos historias y es la
finalidad para quien las lee, es decir cada quien se pone el saco de este
extenso armario lleno de escenarios. No te compliques armando dramas y
especulando situaciones tormentosas y grises.
Mis escritos no tienen dedicatoria,
son simple observaciones de realidades insostenibles, inevitables y que
sobresaltan mi franca locura. No persigo a nadie con las letras simplemente las letras atrapan
esos lapsos y esas telarañas las disuelve para que todo quede al descubierto.
En las historias hay quien tome el papel de ingenuo, de omnipotente, de glamuroso,
de poderoso, de nostálgico y así podemos enumerar un sin fin de personalidades. Empápate en una historia
como si tú fueras el protagonista, adéntrate en esos párrafos y libérate de tus
dudas. No te condenes antes de tiempo, no te clasifiques, no te etiquetes, no
cuentes las historias como solo a ti te cuadran.
Les cuento que una amiga en algún momento tuvo un novio y ese
individuo se entregaba en cuerpo y alma pero por ciertas circunstancias que
desconozco no funciono pero ese desvivir se convirtió en obsesión y como la mayoría
de las relaciones amorosas que comienzan en ternura acaban en guerra, pero aquí
nació la posibilidad de intentar con cortesía una amistad pero la confusión y la exageración termino
pesando. A mí me divertía observar los dimes y diretes, no me intereso si se llevaban
bien o mal pero aquí confirmo lo que les he dicho cada quien cuenta a la manera
que le conviene y al final la enredadera de historias termina ahogando lo que
fue.
Las historias no se pueden
interpretar como hechos al menos
tengamos todo el sustento para aclarar y aseverar. La vida es una fuente de inspiración
constante y que cada acto es una oportunidad fiel para plasmar e imaginar los posibles
desenlaces. La imaginación es lo que nos hace crear sitios geniales, personajes
entrañables, situaciones de riesgo y verdades que no se pueden distorsionar.
Las historias pueden ser
duras contradicciones e hipotéticos motivos de desilusión o fantasía, cada
palabra ocupa el lugar preciso que da razón a lo que lees, las historias pueden
ser un escape o el encierro de tu pensar. No tengo tiempo para pensar en ti
cuando escribo porque me quedo en shock cuando las letras me dominan y me obligan
a ejercer mi libertad, estas letras que nacen de mi interior serán cuchillos o pétalos
dependiendo tu estado de ánimo, dependiendo si te sientes identificado o no,
buscaras el nombre y los apellidos de los personajes y quizá eso te produzca
placer para que nadie ostente esa historia como tuya. Cada quien es autor de su
existencia pero siempre habrá un osado que la escriba sin que tú lo sepas o lo
quieras ver.
Comentarios
Publicar un comentario