El muro.
Despertamos en uno de esos días donde la historia está
en el aire y no sabemos que sorpresas habrá al final de la jornada.
La primera piedra del muro esta puesta para
comenzar el debate de ideas y una búsqueda exhaustiva de reconciliación con la
realidad. Los muros no necesariamente se construyen con concreto simplemente se
imponen con una maquinaria que toma marcha desde los pensamientos básicos hasta
los más complejos dejando atrás las buenas intenciones. El poder se pelea de forma
sucia y destructiva, lo que podría ser un día de campo se convierte en una invasión
de ataques brutales con el fin de destrozar todo cuerpo que intenta alzar la
voz. Hay muros que hemos construido y no nos hemos dado cuenta que vamos al
precipicio de una administración que no funciona, una política que no sea instrumentado
desde la ciudadanía que es la que hace atribuciones para que esto camine y los
elegidos hagan un trabajo digno pero esto es un cuento de hadas porque no se ha
hecho lo correcto y nuestra indiferencia es gigantesca.
Nos quejamos de la discriminación cuando somos
parte de ella, nos molestamos por la manera que nos gobiernan cuando no nos
detenemos a pedir cuentas, nos impresionamos por la violencia que está introduciéndose
a todos los núcleos pero no ejercemos la lógica, el sentido común, no queremos
hacer buenas acciones porque desconfiamos hasta del que está al lado de
nosotros. La maldad está descomponiendo la cosecha que podría ser buena pero no
sabremos porque está siendo devorada por la plaga que se ha fecundado desde el más
pobre hasta el más rico, desde que tiene amor por su país hasta el que gobierna
a millones.
El muro desde hace mucho se está construyendo. Un
muro que nos limita a pensar lo que quieren un puñado de hombres y mujeres, un
muro que nos trunca la visión a grandes posibilidades de crecimiento, esos
tabiques que contienen mensajes paupérrimos y que creemos sin cuestionar. Un muro
que siempre nos pondrá de un lado al bien y del otro lado al mal, un muro que
su finalidad es dividirnos para no encontrar acuerdos, que nos hace enfadar por
lo atroz de un hecho mientras otros se escapan con el bienestar de millones,
son muros que se construyen con artimañas de un sistema establecido y blindado
que difícilmente cambiara porque es un secreto el cómo hacerlo rectificar la
ruta.
Lo que pasa del otro lado del muro imaginario nos
pone en jaque, nos ata de pies y manos, nos pone una mordaza que nos lastima,
nos hacen bailar al son que nos toquen porque nos han hecho creer que somos
amigos, que somos aliados, que somos indispensables para el funcionamiento de
un circo donde los animales son los que domadores y los espectadores son los
que pagan las consecuencias viendo terribles actos.
No nos preocupemos por ese muro que delimita un
territorio. Ocupemos de los muros que se están levantando en nuestro espacio
con movimientos sigilosos, con incoherencias, con inversiones sin fundamento, veamos a los actores que quieren llevar las riendas
de los caballos que están desbocados porque han visto un panorama riesgoso y
han escuchado disparos que pueden herir a cualquiera. Hoy es un día clave, un día
donde la transición está cuestionada por el pasado y presente de personajes con
aciertos y equivocaciones. Gane quien gane el muro se está construyendo con un propósito
que tendremos que descifrar, con golpes que tendremos que soportar y sonrisas
que debemos de responder con diplomacia y astucia. Has observado que a tu alrededor
hay infinidad de muros que se han formado gracias a tus limitaciones y por el interés
que has puesto a personas y situaciones que alimentan una posible catástrofe o entrada
al paraíso. No solo es un muro son los suficientes para ponernos a prueba y
comprender de que estamos hechos.
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