La vida no se resuelve con billetes.

Gracias por permanecer quietos sin hacer el menor movimiento para romper la mentada interacción con las redes sociales ahora sé que en un estado de alerta debo ser reciproco y no causara revuelo ni malos entendidos. Agradezco a todas las personas que estuvieron al pendiente por estos veintitantos días y por ir hasta aquel camellón a preguntarme como me sentía y los que no pudieron por sus múltiples actividades también los comprendo porque todo tiene un nivel de importancia.

En cuestiones complicadas conoces la disponibilidad de las personas que te dicen te estiman y hacen un espacio para dar un abrazo, palabras de aliento o simplemente estar hombro a hombro. Las personas descifran lo que escribes y lo desmenuzan para encontrar el verdadero mensaje  de la realidad contundente. Los días nublados se terminan porque las nubes no pueden durar para siempre y los caminos se tienen que abrir con ese carisma y esa verdad imponente.

Quien no se enteró en su momento ahora salen sobrando las interrogantes y el silencio es valioso y  conmovedor en este momento para encumbrar una armonía y  gratos episodios. No hay lugar para explicaciones y hacer semblanzas de todo lo acontecido. A todos los que estuvieron atentos solo doy gracias infinitas y no tengo más palabras porque me bloqueo.

Cuando alguien está ausente por cuestiones inaplazables reconoces lo que eso significa y le das miles de vueltas a tus pensamientos, las rutinas cambian irremediablemente  y debes de encontrar un impulso para que los días no sean una loza pesada. Cuando te das cuenta que las horas toman un valor insustituible buscas la calma en esos pasos que van sin rumbo para poder ver esos ojos que dicen tanto mientras los labios no hacen ningún movimiento.

Hoy la primavera llega para otorgarnos una nueva visión de vida, hoy todo florece en nuestros corazones, la tierra nos susurra que hay nuevas oportunidades para encarar el tiempo que nos cuenta los retos que están por venir. Hoy el sol quema esa piel para describir la reacción de quien se encuentra íntegro y feliz por seguir luchando y despertar con esa altiveza de sueños intactos. La primavera nos termina por revolcar en vertientes de situaciones formidables y coloridas, nos lleva al extremo de contagiarnos de la alegría de los demás al punto de volvernos locos.

Si te sientes atrapado en una burbuja descubre que en con un pestañeo puedes escapar para convertirte en un ser de razones innumerables y de latidos intensos. Escapa sin dejar la realidad, huye pero no pierdas el sendero. No te confundas por las acciones de los demás, escucha con atención y retoma la esperanza. Has que el viento se lleve la mala vibra y las hipocresías que nacen por las circunstancias que estamos viviendo, que la gratitud no escasee con esas personas que te han tendido la mano y no te vuelvas víctima de la obscuridad.

No busques pretextos para detenerte, para dejar de buscar, para rezongar, para no ir donde te necesitan. Resurge el concepto de humanidad en tu sentido, reduce el exceso de estrés, no provoques conflictos en esta época donde se necesita asimilar cuestiones con sobredosis de paz. Comprende que la vida no se resuelve con billetes, regalos caros o flores que solo duraran unos días. Debate en tu interior quien eres y hacia donde te diriges con tus actitudes. Celebra este preciso instante y fulmina de un solo golpe lo que te enfurece y no esta en ti cambiarlo. Si existen bocas imprudentes no temas a todo mundo le llega su hora.

Hoy tú presencia o ausencia puede ser la diferencia.



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