Cincuenta veranos.


Cuando llegue a tu vida fue como una invasión a tu aposento que era intocable, eso pasó después de tu verano número doce. Posteriormente los años avanzaron y no dejaste de ser la doncella para ese entonces ya me querías y me dormías bajo los rayos de sol ahora comprendo porque no veo bien. Tuvimos una crianza como hermanos y eso fue lo más maravilloso que me pudo haber pasado.

Ahora han pasado unas cuantas décadas en donde tanto tu como yo tuvimos nuestros lapsos obscuros, momentos de reflexión que nos hicieron girar nuestro trayecto, vivimos nuestras consecuencias, compartimos nuestros dolores y decidimos seguir juntos por convicción. Eres una mujer exitosa y que brinda su apoyo incondicional no importando escenarios aunque muchos no lo valoren, eres un sostén fuerte y grato el cual lucha aunque las fuerzas flaqueen, eres una guerrera que quizá mantiene un mundo en silencio y que solo tú lo manejas a tu antojo.

Después de tantos lustros sabes sin dudarlo que la vida es gratificante aunque en ocasiones te canses, sé que pierdes los estribos pero recurres a la empatía, no estás de acuerdo con muchas posturas pero sabes respetar, te ocupas de los detalles para que todo salga de manera excelsa. Eres amorosa a tu manera, crees en una fuerza suprema que la traduces en tu actuar, tu carácter puede ser como una cortina de hierro pero en el fondo eres generosa. Eres leal a las causas y sabes poner un alto a lo que crees injusto y cruel.

Viene a mi memoria que fui tu chaperón número uno, situación que tuvo consecuencias en mi hermoso codo y ahora comprendo porque soy un gran administrador. Podría contar una infinidad de anécdotas, desde las más insospechadas hasta las más memorables que conllevan confesiones de vida y que terminaron en un abrazo de apoyo eterno. Te he visto tremendamente feliz y también totalmente devastada pero con un amplio criterio y una resiliencia extraordinaria que hoy te mantiene con una plenitud incomparable.

Sabes que haces mucho pero prefieres no tomarlo en cuenta pero abre los ojos y reconoce eres un bastión increíble para los que compartimos el día a día.  Hace diez años que decide marcharme de nuestro espacio fraternal porque me aventure a lo desconocido y con un poco de rebeldía conocí el concepto de independizarse y ahí estuviste para apoyarme y sigues dándome mi lugar aunque eso te cueste lagrimas e improperios pero aprovecho para decirte que no debes de mortificarte porque se quién soy y el que tú me aceptes basta, lo que hagan lo demás lo paso por alto y no me daña porque ya estoy curado de espanto.

Ahora que eres reina de aquel aposento intacto, compartes todo lo que está a tu alcance sin dudarlo. Hemos tenido diferencias que se han superado por amor infinito y comprensión autentica. Hemos tenido muchos aciertos con base a nuestros conceptos de vida, hemos creado momentos irrepetibles con esa picardía indescriptible.

Han pasado cincuenta veranos y eso hay que festejarlo con humildad, serenidad y mucho jubilo. Fíjate nuevo objetivos, metas razonables y no pierdas nunca la Fe que te caracteriza, siempre cree en ti como hasta ahora. No sé cuántas tormentas habrá y cuantos días soleados disfrutemos, lo que si se es que cumpliremos la promesa de estar juntos hasta el final y cerraremos filas para encontrar y prolongar la felicidad que nos brinda el presente. Goza de este verano y no guardes rencores, no amargues tu existencia y no intentes retroceder porque hay mucho sendero por delante.

La buena fortuna esta en ti y lo mejor está por venir. No sabes cuánto te quiero aunque intentes imaginarlo. Muchas felicidades hoy y siempre.

Comentarios

Entradas populares