Después de un largo año.
El camino ha sido
largo, sinuoso, arriesgado. Después de un largo año sigues firme y con la convicción
de que todo puede ser posible, si así se piensa y se quiere. Pasaste incertidumbre,
miedo, desconcierto. Te vi llorar amigo con desesperación y cuando te limpiabas
las lágrimas, observaba un ser dispuesto a brindar lo que fuera necesario para erradicar
el estrepitoso momento.
Hoy te debes sentirte
orgulloso del esfuerzo y del logro. Puedes estar tranquilo y percibir entusiasmo
porque todo seguirá mejorando, no dudo que el hartazgo, la confusión y la
fatiga han llegado con puntualidad, pero con el carisma que te caracteriza,
todo tiene un orden privilegiado. Paso a paso, con tesón, con actitud, con esas
palabras de aliento, ahora todo tiene sentido. No tengo precisión, si algo
cambio en ti, si tu ser se transformó, si los hilos conductores de tu alma se
movieron, pero me causa emoción sincera que tienes un batallón dispuesto a
conseguir hazañas, tienes carácter y tienes gratitud.
Hay decisiones
atinadas, momentos importantes y semblantes indescriptibles, todo eso en conjunción
establecen un destino, es cuando tomas el papel de guerrero, de luchador, de
emprendedor, es cuando descubres quien realmente esta en todas tus causas,
consecuencias y aventuras, es cuando vas descartando y cuando vas encontrando respuestas.
Hay minutos que cambian el trayecto para ablandar corazones, para entablar una conexión
con el interior y para entender de que se trata la vida. El presente conmueve y
advierte que todo despertar es valioso, que cada acción es un reflejo de lo que
estamos hechos, es un reporte fidedigno de lo que hemos brindado el mundo. Hoy puedes
sonreír con la amplia seguridad de que tienes dotes para construir razones de crecimiento
y de expansión, que nada te detenga, que nada entorpezca el ritmo de tus zancadas
y sigue acompañando a tu padre en esta recuperación constante.
La vida está plagada
de lecciones. En ocasiones somos el sostén, en otras nos debemos de sostener. Desmenucemos
nuestros miedos, enfrentemos esos temores, hagamos que las cosas sucedan, no
escatimemos cuando presentimos que las cosas van por buen camino, no nos peleemos
con la esperanza, no rompamos lazos por simple capricho, desaparezcamos esos
estruendos que mal aconsejan y abramos la mente. Los agradecimientos son
infinitos y deben ser parte de nuestra estructura, así de simple hallaremos una
explicación a cada acontecimiento y nos desprenderemos de los incómodos sentimientos, nos alejaremos de lo que no suma y celebraremos el estar en paz.
No hay lugar para
los rencores, no hay forma de que la obscuridad penetre y nos haga seres
imprudentes. No quiero desear cuando debo disfrutar lo que tengo, los verdaderos
lujos son esos movimientos que para la mayoría no tienen valor, demos una alta graduación
al hecho de despertar, amar, caminar, observar, escuchar, hablar y pensar. Busquemos
en todo nuestro escaparate de vivencias, palabras, recuerdos, personas que nos
den un alto impulso para no estancarnos y quedarnos en una deriva monstruosa.
Hay lagrimas que son
una señal de fragilidad y grandeza, hay pasos que merecen un instante de
festejo, hay argumentos que nos hacen inquebrantables, la vida nos pone en
debates intensos y nos transporta a luchas colosales, es cuando debemos ingerir
coraje y al final gozar esa satisfacción de los actos triunfales, sin menospreciar
todos esos días nublados que nos han mantenido exasperados e inquietos. Hay episodios
que no son fáciles porque si lo fueran todos estarían dispuestos a
experimentarlos, quédate en la frecuencia correcta y no dudes.
Ojalá salgamos bien
librados de esta revuelta y nos demos un abrazo inmenso, expresivo, honesto,
porque la verdad es que todos los días son para ensalzar y para comprender que
la vida es ahora.
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