Brusquedad.

 

La vida no te da las pruebas que no soportarías, suena complicado leerlo, pensarlo, sentirlo. Hay quien sale a buscar la desgracia cuando debería efectuar una concentración de todos sus valiosos momentos y comprender que debe cuidar rigurosamente su existencia, también es complejo aplicarlo, porque todos viven desesperados y quieren entretejer historias de una forma apresurada, no tienen ni un gramo de paciencia. Sigues escapando de las garras de un mal invisible, no has captado el mensaje que lo puedes respirar en cualquier momento y puede invadir tu organismo, en verdad a quien quieres engañar con tus escurridizas escapadas al paraíso mental que inventas para protegerte y alejarte del miedo. Así de directa es esta realidad, nos esta asfixiando de una forma insostenible, todos van por la calle con sus caras largas, sus almas desgastadas, sus sentimientos revueltos y sus intenciones colapsadas, todos quieren curarse, pero no intentan priorizar el amor que ahí esta observando, se le dice propio.

Todos hacen de su vida una conveniencia certera y satisfactoria, lo hacen como si supieran cuanto les queda de tiempo, cuando no hay forma de tener un dato tan contundente, oprimen esa amenaza latente, puede que funcione sin saber si esto será para una eternidad o hasta llegar a ella. Es por eso por lo que no hay que vivir en un solo escenario, se debe pensar en varias alternativas, analizar los riesgos y tener un plan de emergencia. Hay quien tanto se funde en su muralla perfecta, que repiten lo mismo con tal de transmitir benevolencia y actitud positiva, pero en el fondo algo no cuadra.  Tampoco conocen la paz, todo lo hacen con un tono de guerra, con esa voluntad de hacer arder lo que queda en el inmenso pasaje de anécdotas y recuerdos, que ríspido es palpar la brusquedad y no hacer nada ante ello, simplemente te levantas y sigues sonriendo como si todo fuera una fiesta interminable, así de trágico es.

Los diques de aquella fortaleza  se están desmoronando, ya no hay opciones de sostener la acumulación de caprichos, en algún momento se caerá y todos esas cuestiones inevitables, llegaran a deshacer el hermoso jardín de rosas, el establo de unicornios salvajes y el santuario donde según meditas, pero es una especie de mazmorra donde encierras toda situación que intenta cambiarte para bien, no hay espacio ni para un alfiler y sigues rellenando este lugar, el cual debería ser ocupado por otra cosa, con razón los muros se están debilitando. Intentas resanar con puntual dedicación, pero no hay una gran solución, tendrás que liberar algunas razones sensatas para que esto tome una atmosfera de serenidad, tienes que calmar esos incomprensibles arrebatos. Tienes que cambiar y ser responsable de tus movimientos y estar consciente de las consecuencias.

Te encanta ser brusco, eso te ha dado recompensar efímeras, te encanta ir por la vida recopilando instantes, eres un coleccionista de falsas expectativas, de senderos obscuros, de gritos desesperados, eso guardas en ese cajón que azotas con tal de que todos se den cuenta de lo que puedes hacer a lo hora que tu quieras, la ignorancia va ganado y se esta poniendo en contra de lo que pretendes, te has convertido en un afanoso ser de la discordia y de las excusas increíbles. Es posible que pienses que la solución esta en mandar a todo el mundo a la chistera que has imaginado con tal de sentirte liberado y sin rasguños, porque no te interesa modificar ni un milímetro el trayecto y ahora eres un ente detestable como aquel que se levanta todas las mañanas para dividir y rayar un hermoso texto.

 

Comentarios

  1. Siempre tan acertado....... Hasta cuándo seguiremos con esa mentalidad de me vale madre .....

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