El listado borroso.
Esa jugada magistral que
todos te aplauden por ser un experto en el escape, has perfeccionado tus
trucos, todos te creen porque así lo has concebido, eres un manipulador de la
conveniencia, discordia y de la alta expectativa extraviada. Abres el guardarropa
y estudias todas las posibilidades para poner en práctica todas tus sutiles
palabras de conquista, eres un seductor empedernido, eres de los que coleccionan
remedios para salir victorioso en las guerras que propicias con tus armas de
plastilina.
Que fácil es resignarse
a quedarse en la introspección, a quedarse con lo que crees conveniente, te
niegas a explorar, a descubrir esos lugares que tienen un poder de reflexión,
te quedas con tus canicas, tus trompos y tus yoyos, porque solo te interesa
jugar como a ti se te da la gana, con esa idea de sentir la gloria siempre cuando
en sinfín de ocasiones has probado la derrota. No comprendes tantas cosas y eso
que ya tienes años acumulados, que ya sabes cual es la consecuencia de tus
actos, pero prefieres la táctica de la indiferencia porque que te sientes
cómodo.
Si has tomado la
decisión de quedarte callado, hazlo con la convicción de que no trascender en
tus opiniones, que los dichos retumben en tus cavidades y ahí prosperen, con el
tiempo los escenarios colapsaran por el eco de todas las negativas que se
menean en tus instintos salvajes. Tus intestinos hierven y quieres procesar
información que no esta a tu alcance, quieres enterarte, pero poco sabrás si
decides encerrarte en una cueva rellena de lujos y entretenimiento obsoleto. El
aire en algún momento escaseara y tendrás que salir a la jungla de peligros, de
señalamientos, de variedades. Recordaras tus jugadas de escape al pie de la
letra, pero ya no funcionaran, estarás obligado a encontrar un nuevo sendero.
En el fondo sabes que
romperás los esquemas y volverás a la realidad que te enajena de seguridad,
efímero cariño y compañía repentina, ahí te posaras esperando a que los rayos
de luz te den un poco de sensatez, mientras actúas con frivolidad en esa mente
revuelta, en ese rincón de destrucción y ruido. Eres un escultor de grandes
obras que se van deformando porque no sabes seguir las instrucciones, no sabes
si realmente lo que haces está bien o mal, es una franca inspección intuyes que
las celebraciones no tienen espacio en el tu corazón. La plastilina ha dejado
rastros de la ansiedad que te invade, esas piezas inconclusas nos dan un
reporte puntual de lo que por mucho tiempo eres, una bestia o un querubín,
nadie se ha tomado el atrevimiento de clasificarte porque sigues escapando como
es tu costumbre.
Sigues ganando y eso te
hace un fuerte rival, pero tampoco hay contrincantes, solo existe un recipiente
de arena, un vaso con agua y una matraca, no hay sentido en esta habitación
azulada, tres piezas que no tiene relación entre sí. En tus bolsillos están
todos tus artefactos de juego y de vez en cuando practicas para no perder mas
el tiempo. Consigues que el miedo sea parte de aquel universo de tonalidades
azules, es la compañía perfecta, es un impulso que te retrae y te sugiere estes
en el concepto de paz que mejor te convenza.
Escuchas como alguien
arrastra los pies y se acerca a tu guarida, no quieres saber de quien se trata,
buscas ocultarte entre el azul cielo y el marino. Quieres pasar desapercibido,
no quieres llamar la atención porque estas fastidiado de pensar en las
respuestas. Eres feliz cumpliendo las expectativas del listado borroso que
alguna vez escribiste y lo seguirás al pie de la letra hasta que el azul índigo
se agote y te escupa al temido negro.
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