Ni una gota de veneno.
La bondad me abraza en
cada despertar, ratifico que soy responsable de lo que vivo, soy participe del
mundo de otros, me encuentro feliz y mi corazón es fuerte al dar amor. No tengo
rencor, no pienso en condenas, solo me dejo llevar por lo que nace en el
espiral que todos los días resuena mientras medito. Aprendo de lo que me
sucede, soy protagonista de cada acontecimiento y reitero lo que doy es de una
forma gentil, comprendo que en ocasiones las cuestiones no son como queremos
entonces debes de entablar una conversación larga con tu ego y con la humildad
para pasar a la cordura y a la mesura, porque lo mas importante es el bienestar
y la paz mental.
Ni una gota de
veneno existe en este espacio donde he aprendido a compartir todo lo que soy,
creo en el respeto y en que los seres humanos pueden tener platicas enriquecedoras,
momentos de reflexión y lo mas bello es asumir los errores para después seguir
adelante sin tener esa sensación de huida, el amor todo lo puede cuando viene
de ese interior sereno, no te tienes que desaparecer, solo debes de afrontar y
sentirte en libertad para estar y ser con claridad y fervor.
Somos vulnerables y también
contenemos una fortaleza que nos hace brillar. No debemos de crear muros, son inútiles,
no debemos de forjar incertidumbre, porque solo atrae inestabilidad. Es mejor convencerse
de la responsabilidad y replicar lo bueno que llevamos de un lado a otro, no
debemos de temer, no debemos convocar a la confusión, hay que elegir con sabiduría
el mejor escenario posible, porque hay mucho que ganar. Ahora entiendo en plena
conciencia que la bruma atormento mi cabeza, me aventó a la deriva, pero estoy convencido
de que mis intenciones son sanas y benevolentes, que maravilloso fue y que puntual
es aterrizar y aceptar la realidad.
En verdad ni una
gota de veneno surge de este ser que ha tenido batallas inmensas. Me he extraviado
en el llanto, pero en las risas he encontrado la satisfacción de entregar mi
buen humor, la paciencia es aliada constante y el hartazgo es algo que esquivo en
este planeta que recurre a la guerra y a la indiferencia como mecanismo de
silencio y parálisis para evitar un debate verdadero. Quiero confiar en que la
inteligencia será el mejor atrevimiento en este punto donde alguna vez las
aguas se agitaban sin tener compasión. Hoy que despierto pienso en las posibilidades
de conseguir los objetivos establecidos, de tener las esperanzas despiertas y
recurrir a la fe como una fuente de protección, somos seres que tenemos la
amplitud de reconocer lo hermoso que es mantener la razón sin tantos escombros,
no dejes que el polvo lastime tu visión, no permitas que la noche te asuste y
te quite el buen dormir.
No es necesaria la altanería
cuando hay un entendimiento preciso dentro de un marco de armonía y plena comunicación.
Cree en el universo, repite de vez en cuando esas oraciones que te inspiran a
realizar cosas buenas, que te hacen celebrar que estas respirando, que te hacen
reaccionar cuando las circunstancias son ambiguas, sumérgete en aquella laguna
que vas expandiendo cada vez que abres la mente, el corazón y el diván de tus energías.
Revisa con descaro todas tus actitudes y sentirás libertad, tranquilidad y te
hablaras bonito, de vez en cuando siente como la tierra se mueve y como el
cielo truena, de vez en cuando date cuenta lo valioso que eres y que también debes
de valorar el entorno que te cobija y con orgullo sabrás que no hay veneno en
tu creación única e irrepetible.
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