Sincronías rotas.
Hoy vas con una
sonrisa increíble, vas marcando el territorio como es tu costumbre y eso te
hace feliz, comprendo que debes estar revuelto en ideas exageradas y encaminado
a resurgir para después encontrar las palabras idóneas y tejer una supuesta paz.
Necesito saber qué hay después de ese túnel, determinar cuál es la fórmula para
no agobiarme, sólo así entenderé el disgusto que te aqueja desde hace días, no
pretendo ser egoísta tampoco quiero ser grosero, solo quiero que el cielo azul
nos invada de razón, ya no cuentes borregos, ya no suspires por esos enredos y
esas ingratas secuencias que no tienen fin.
Vas forjando tu
frontera, quieres pedir, quieres suplicar que las nubes tapen la verdad,
requieres un poco de tranquilidad para superar lo que has escuchado, intentas
retroceder el tiempo, intentas simular la felicidad que no sientes, que solo
expresas para hallar un nido frondoso y delicado de sensatez. Como quisiera
estar ahí y darte un fuerte abrazo, pero creo que no sería justo, porque yo
también quiero sentir el cariño qué se disolvió en una tarde de amargura
inexplicable, mira el reloj, sal corriendo y elige el primer instructivo de
escape, déjame con las dudas que alguna vez se confundieron en una remota
decadencia otoñal.
Lamento no poder
acompañarte en las travesías qué vas escribiendo con precisión, me causa
angustia todo lo que se mueve hoy en las montañas de tus pesares, me imagino tu
rostro desencajado buscando abrigo por el frío que se avecina y yo estoy aquí
haciendo arder una fogata, voy quemando todas las cartas del pasado, voy
encarando el presente, voy resolviendo el enfrentamiento que tengo con la
osadía de los quejosos, también quemo las ropas que guardan un sentido de
gracia, pero que no tienen cabida en el armario que pronto haré pedazos, la desesperación
es una clásica respuesta a la
insatisfacción de no gritarte tus verdades en la inmensa humanidad que te
describe como un ser incontrolable.
Esa sonrisa
increíble, hoy es sólo el comienzo de una revuelta que te tendrá en guerra
constante, las puertas se azotarán, las ventanas se quebrarán, hoy el llanto
será inevitable y mi ausencia quedará plasmada en esas líneas profundas que
remarcan el territorio que tanto anhelas y que algunas veces has condenado,
aquel espejo sólo nos mostrará el reflejo de muchas conversaciones pendientes,
hoy quizás es momento de decir adiós, es momento de inventarnos un futuro
luminoso, toma tus reliquias y envuélvete en ese trozo de tela y aviéntate al
vacío, hoy vuela como siempre has querido y después regresas con el fastidio que
te tunde la mente, la pesadumbre será la aliada que te impulsará a buscar la
estrategia para alejarte y desaparecer.
Ahí te quedarás
preso, en ese territorio que con tus agallas convertirás en un mundo ideal, yo
estaré del otro lado del mundo explorando sitios inimaginables, escarbando
huertos y descifrando versos que alguna vez dejaron los ancestros que ahora se
ríen de nuestras peleas absurdas, solo nos quedará la encomienda de vivir
nuestros días en santa paz, alguien nos escuchará y nos sostendrá mientras
caminamos por los reducidos pasillos de la estancia que con un afán de
competencia hemos edificado.
Cada uno estará en
su sitio expresando con detalle lo que fue y lo que pudo ser, las rosas nos darán
la grata sorpresa de resplandecer en las tardes intensas, con uñas y dientes
defenderemos nuestra versión y mi libertad viajara miles de kilómetros para
conquistar tus cientos de territorios marchitos y devastados. Nos volveremos a
encontrar para depurar la maquinaria de sincronías rotas y dispersas, ahí nos
encontraremos para pedirle a los dioses que llueva o que haga calor, para rogar
en abrazarnos vivos y no muertos.
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