Diez de mayo.


Estoy seguro que ninguna madre se quisiera morir por todo el amor que les tiene a sus hijos. Madre un papel relevante en todo aquel que tiene la oportunidad de vivir y andar por este mundo con júbilo y convicción.  Una madre cuida, protege, aconseja, regaña, procura y no abandona en ningún momento, eso en pocas palabras es ser madre, y toda mujer tiene el instinto de amor inspirado en encaminar a los que están en esta brecha aprendiendo.

Llega el diez de mayo y todos recuerdan que tienen madre, ahí no les molesta que se las recuerden. Reservan en el restaurante, van a comprar vestidos, pasteles, flores, chocolates, la abrazan como si no hubiera mañana, le expresan lo que se reprimen y no paran de engrandecer la figura materna, cuando eso debería ser todos los días. El mejor regalo que se pueden dar madres e hijos  es disfrutar el tiempo que les corresponde, gozarlo con alta prioridad, no buscar excusas para evitar la convivencia, porque la vida es corta y sorpresiva.

Toda madre educa a su manera, algunas estrictas y exageradas, otras complacientes y consentidoras, pero lo significativo que ahí está la esencia  para forjar sentimientos y emociones sanas, para que se nutran los valores de paz y armonía,  dar las herramientas para luchar contra la frustración y emprender un  criterio amplio para decidir. La madre refuerza el respeto el prójimo y exige resultados, es participe de las batallas incansables, de los bochornosos instantes y de las lágrimas que pueden llegar a brotar por cualquier circunstancia.

La madre cobija y contempla como sus hijos se van enalteciendo para que en algún momento ellos puedan emprender impulso e ir por sus sueños. Los hijos deberíamos hacer una reflexión y hacer una lista de todo lo que aprendimos gracias a nuestra señora madre  y que debemos retomar para seguir adelante. Puedes llenarla de obsequios pero si no te atreves a expresarle tu amor en acciones, lo material terminara por ser obsoleto.

El tiempo inevitablemente pasa y las personas mueren, entonces antes de armar un alboroto, detente y date cuenta que este es el momento para ir a decirle a tu madre cuanto la amas, la admiras y también decirle que no es perfecta pero es inmensa en tus logros. Si hay diferencias entre madre e hijos, es posible que el calendario tenga señalado un día para limar asperezas, quizá hay listo un espacio en el tiempo para dejar claro todo que se ha amontonado. No somos perfectos y debemos reconocer los errores que nos han alejado pero ante estas turbulencias la vida debe de continuar y no quedarnos atrapados.

Las madres que han muerto y han dejado a sus hijos, estoy seguro que hay un vínculo magistral que no permite haya olvido, las madres siguen estando aquí en esa conexión inexplicable pero cierta y siguen empujando a sus hijos, siguen aconsejándolos con señales exactas, ellas persisten y resisten aunque no las veamos. El amor maternal es inquebrantable pase lo que pase y pese a quien le pese.

A decir verdad eso de que ninguna madre moriría por el amor que le tiene a sus hijos, quizá sea erróneo, porque una madre estaría dispuesta a dar la vida por sus hijos, bueno depende de la perspectiva de cada persona  y de las circunstancias. Lo único que tengo claro que es que una madre es poderosa, atractiva, hermosa, resistente, emprendedora, amorosa e iluminada.

Miéntame la madre o abrázame en este día donde el materialismo es detestable y los sentimientos son arrinconados en una especie de sala de espera, solo recuerda vida hay solo una, en un universo donde el tiempo es lo más valioso.

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