Las coordenadas.

 

Buscas las coordenadas para encontrar el bálsamo, que te deje tranquilo, que te cuide de todo aquello que flota y puede descalabrarte. Es un día, donde se juntan todos los conflictos para magnificar lo oscuro e intolerante que eres, te conviertes en una fiera sin control, intentas aparentar terror, cuando eres noble y certero en tus actitudes, solo que la rebeldía te gana.  Te encanta caminar a contracorriente, esa es tu esencia, porque la terquedad es algo que te ha invadido como la humedad de aquellas paredes, que callan, con tal de mantener la armonía de algo que ha sido un infierno.

Las noches son iluminadas por los incendios que salen de ese interior en reconstrucción, las cenizas servirán de abono y las palabras hirientes que dices y después borras, se llenaran de esperanza para convertirse en un consuelo que te abrazara cuando lo necesites, ese es el bálsamo que tanto anhelas, ese que con gritos estremecedores intentas encontrar y sin saberlo asustas, no quieren sentir esa arrogancia y esa inquietud que fabricas sin temor. La pesada atmosfera cae sobre tus pies, ya no puedes avanzar, la energía se revuelve y se descompone con el silencio del amanecer, que es indiferente ante los quejidos que proviene de tus entrañas.

El olor a manzanilla envuelve lo que parece un escenario pacifico, donde se reproducen una y otra vez esos tratos que indignan y promueven violencia, te ves ejerciendo un poder atroz y te vez como una criatura indescriptible, sientes miedo y comprendes que no todo está del lado negativo, sientes comezón, esa que no te permite concéntrate y que despedaza el significado de amor que conoces, te sofocas ante el clima de aquella habitación y cuestionas todo lo que ves, no te puedes mover, porque estas atrapado en tus horribles acciones.

Lubricas tus labios, es lo único que puedes controlar, dices frases sin coherencia, te muestras arrepentido y es cuando las cadenas se conviertes en tallos espinosos, lloras como si fueras un niño perdido, tiemblas como si hubieras visto al mismo demonio. Te limpias la cara y sales corriendo, deseas encontrar esa frescura que alguna vez destrozarte con abrazos, quieres percibir ese cariño sincero que te tuvieron, pero por el aburrimiento dejaste que se arruinara y se extraviara. Estas herido de todo el cuerpo, parece que te rasgaste con aquellos troncos que estaban en el camino, esos obstáculos que todo el tiempo has ignorado, con tal de sentirte inquebrantable. El humo es denso y apenas alcanzas a percibir esa angustiante risa, de un ser desangelado, que intenta tener gracia, pero esta descompuesto en todos sus conceptos, también ha tratado de huir de la realidad, quedando a deber prudencia, respeto y lealtad.

Sigues en busca de las coordenadas, la necedad te somete, no quieres entender. El tono burlón de tus gestos, indican que seguirás ardiendo en un mundo déspota, que en ocasiones se te olvida, porque recuerdas el amor sereno de todos aquellos que te estiman, pero eso es efímero y vuelves al lugar lúgubre, al sendero solitario y solo encuentras tus códigos de dolor y de innumerables discrepancias.  Esos colmillos se notan grandes y sabes como romper con las buenas intenciones, sabes como sacudir la paz y como ilusionar al inocente que cree en ti. Buscas esas coordenadas con demencia y solo encuentras presas que te colmen de placer y después escapas como si no valiera nada el tiempo, ni las personas.

Tienes una colección de bálsamos, que no funcionaran cuando llegue la hora final, porque los frascos estarán vacíos y el alma estará diseccionada como si fuera parte de un experimento de alguien peor y mas audaz que tus desordenados propósitos.

 

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