Los profetas de las tragedias.

 

Solo me queda observar como se engañan, como acomodan todo, para que la situación salga a su favor, para evitar esos señalamientos justos por simples acciones impropias, observar es un privilegio y comprender que nadie es perfecto es una verdad generosa. Hay tiempo para realizar algunas actividades donde no corremos peligro, donde todo es con un sano comportamiento, tenemos esa libertad de elección, porque todo parece que regresaremos al resguardo, ojalá esto nos haga entender que la vulnerabilidad nos persigue sin compasión.

Imagínense el fastidio que muchos viven, la angustia que muchos procesan y no terminan de hilar a su realidad, detenernos un momento y pensar que somos afortunados, que somos inmensamente dichosos por seguir caminando, respirando, creando, pero quien se cree omnipotente rompe las líneas establecidas y sale sin importar las consecuencias, se aleja dieciséis kilómetros de su guarida y es ahí donde comienza la amenaza de caer en un juego sin salida.   Dicen cuidarse, pero la realidad es que no hay un sentido amplio de precaución, después se atormentan con quejas, comienzan a atrofiarse en una contradicción que perturba todos los ambientes y siguen trotando en una jungla de situaciones a medias.

Que tentador es tomar todas esas etiquetas y hacerlas propias, hacernos las víctimas, creyendo todos esos dichos, que gran oferta es doblegarnos ante los conceptos de otros, en esta vereda donde todos somos energía y nos conducimos por el trayecto que mejor nos proyecte, que fácil sentiros atacados, cuando la realidad nos marca una pauta de razones devastadoras y palpables. Tenemos claro lo que es bueno y malo, entonces para que despilfarrar la discordia, las opiniones se emiten y se tomara lo que realmente haga crecer, se ignorara lo que no tiene bondad para nuestras intenciones y voluntades.

Fabricar falsedades, lazos inexistentes, amistades simuladas, relaciones incompatibles, utilizar a las personas para alcanzar un fin, eso debe quedar en el pasado. Despertamos y sabemos quien nos brinda amor, apoyo, quien procura nuestro bienestar y quien esta atento a lo que acontece. No bajemos la guardia en cuestiones de cariño y actitudes positivas, no seamos dramáticos, encontremos la razón para ser tajantes, enfrentemos con fuerza y grandeza cualquier circunstancia. Los profetas de las tragedias andan sueltos, es cuando nosotros debemos adentrarnos a las emociones que nos mueven y nos mantienen en este plano. Profundicemos en lo delicado del ser y sanemos lo que en verdad es significativo, dando paso a nuevas alianzas y oportunidades. No digas que quieres mucho, que extrañas, que eres inseparable, cuando no hay rastro de franqueza y solidaridad, cuando en momentos difíciles estas ausente y cuando no tienes argumentos para dar impulso a los proyectos venideros.

La devastación que imaginamos es una forma de escape, el silencio que nos abraza es una razón para hacer cambios y refrendar lo que creemos prudente. La ignorancia sigue penetrando consciencias débiles y hace que los mentirosos sigan sueltos. Observando sin decir ni media palabra, es una acción que nos da un panorama claro y que inflama esos espacios de serenidad dando un golpe voraz, que hace que todo se derrumbe, con el fin de encontrar las deformidades del ser y concluir que los hechos son un reflejo de los demonios improvisados y los ángeles somnolientos que enredan los hilos solo para satisfacer deseos y apegos.

Eres tan importante, que te esperan miles de planes. La ansiedad crece, porque no tienes idea del presente y es así como te revuelcas en esas arenas calientes y después la piel te arde, es cuando te das cuenta que sigues vivo, que el dolor es el principio para que reveles lo que ocultas y te muestres sin retroceder.

 

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